lunes, 25 de abril de 2011

Jesús tenía razón

(De José Antonio Pagola)


¿Qué sentimos los seguidores de Jesús cuando nos atrevemos a creer de verdad que Dios ha resucitado a Jesús? ¿Qué vivimos mientras seguimos caminando tras sus pasos? ¿Cómo nos comunicamos con él cuando lo experimentamos lleno de vida?

Jesús resucitado, tenías razón. Es verdad cuanto nos has dicho de Dios. Ahora sabemos que es un Padre fiel, digno de toda confianza. Un Dios que nos ama más allá de la muerte. Le seguiremos llamando "Padre" con más fe que nunca, como tú nos enseñaste. Sabemos que no nos defraudará.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora sabemos que Dios es amigo de la vida. Ahora empezamos a entender mejor tu pasión por una vida más sana, justa y dichosa para todos. Ahora comprendemos por qué anteponías la salud de los enfermos a cualquier norma o tradición religiosa. Siguiendo tus pasos, viviremos curando la vida y aliviando el sufrimiento. Pondremos siempre la religión al servicio de las personas.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora sabemos que Dios hace justicia a las víctimas inocentes: hace triunfar la vida sobre la muerte, el bien sobre el mal, la verdad sobre la mentira, el amor sobre el odio. Seguiremos luchando contra el mal, la mentira y el odio. Buscaremos siempre el reino de ese Dios y su justicia. Sabemos que es lo primero que el Padre quiere de nosotros.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora sabemos que Dios se identifica con los crucificados, nunca con los verdugos. Empezamos a entender por qué estabas siempre con los dolientes y por qué defendías tanto a los pobres, los hambrientos y despreciados. Defenderemos a los más débiles y vulnerables, a los maltratados por la sociedad y olvidados por la religión. En adelante, escucharemos mejor tu llamada a ser compasivos como el Padre del cielo.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora empezamos a entender un poco tus palabras más duras y extrañas. Comenzamos a intuir que el que pierda su vida por ti y por tu Evangelio, la va a salvar. Ahora comprendemos por qué nos invitas a seguirte hasta el final cargando cada día con la cruz. Seguiremos sufriendo un poco por ti y por tu Evangelio, pero muy pronto compartiremos contigo el abrazo del Padre.
Jesús resucitado, tenías razón. Ahora estás vivo para siempre y te haces presente en medio de nosotros cuando nos reunimos dos o tres en tu nombre. Ahora sabemos que no estamos solos, que tú nos acompañas mientras caminamos hacia el Padre. Escucharemos tu voz cuando leamos tu evangelio. Nos alimentaremos de ti cuando celebremos tu Cena. Estarás con nosotros hasta el final de los tiempos.



(Tomado de: http://www.21rs.es/news/view/7571)

viernes, 15 de abril de 2011

Resultados

Como adelanto a la semana santa que comenzará mañana con las vísperas del domingo de Ramos, Dolores Aleixandre envía este artículo publicado en ALANDAR. Se podría decir que es una presentación diferente y actualizada de la kénosis-exaltación del Hijo de Dios.
Como todo lo que escribe Dolores, va en clave de humor, amor y evangelio.

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RESULTADOS

Buscando en You Tube una conferencia reciente de Willigis Jager, veo otra más antigua con este título: “La humildad” pero, cuando intento dar con ella, lo que aparece en pantalla es: “esta búsqueda no obtiene resultados”. No me extraña demasiado porque “humildad” y resultados” suelen estar de suyo bastante distanciados, salvo para un puñado de chalados por el Evangelio que andan sueltos por ahí. Busco la palabra “resultado” en el diccionario de sinónimos y salen a mi encuentro: logro, éxito, provecho y productividad, todos vestidos de Armani, saludándome encantados y sonriéndome con sus dentaduras blanquísimas. Esto es ya otra cosa, pienso, y en este lenguaje ya nos entendemos todos, desde Botín hasta Mourinho, pasando por la SGA, la JMJ y el chino de la tienda de todo a cien, aunque él plonuncie lesultado.

Echándole imaginación, se me ocurre que es como si el Padre, después de arreglarle bien el nudo de la corbata al Hijo y comprobar que no le faltaba nada en el maletín, lo hubiera enviado con esta recomendación: “Hala hijo: a obtener resultados”. No le dio ningún ejemplar del Manual del Triunfador, pero quedaron en que se conectarían cada madrugada para diseñar juntos la estrategia del día. 

Empezó por domiciliarse entre nosotros en un pueblo perdido que ni siquiera aparece en la guía Michelin (mal empezamos) y respondía al nombre de Jesús. Estudios, los justitos; el arameo, con acento galileo y el griego, lengua del imperio, flojísimo. Se puso a currar en un taller y algunos pensaron que iba a montar un franquiciado de exportación de maderas. Pero no, fue un chasco para todos: esperó a cumplir los 30, edad evidentemente tardía cuando a esas alturas otros más jóvenes presentan ya resultados exitosos. Y él, sin pisar business school alguna, se puso a buscarlos con métodos rarísimos. Ideas e innovación no le faltaban y parecía emprendedor pero en seguida los entendidos vieron que no paraba de cometer errores: “No está en sus cabales” comentaban los de su entorno (Mc 3,21): qué desperdicio de recursos y de posibilidades, qué mal le asesoran esos socios insolventes de los que se ha rodeado, qué falta le está haciendo un coach que le espabile y le ayude a establecer un plan en acción con mejores expectativas porque, con el marketing que emplea, que se despida de obtener ganancias. No se puede ir por la vida confesando que no tiene dónde reclinar la cabeza, afirmando que el dinero es como un coágulo en la sangre que te detiene el flujo vital, que a los pobres no hay quien los gane en alegría y que no conoce mejor inversión en bolsa que la de ganarse amigos. Declaraciones como esas generan inestabilidad y alarman a los inversores. Vas derecho a la crisis, chaval, cotizas a la baja, prepárate a la suspensión de pagos o incluso a algo peor.
Y lo peor llegó: fracasó su empresa, se hundió su proyecto, se fugaron sus socios, todo se vino abajo, terminó por quebrarse él mismo. Se reían al verle tan hundido: “Mirad cómo ha acabado el que se empeñaba en arreglar el mundo…” Borraron su nombre de la lista de los vivos, los eficaces, los competentes y los VIPS y pusieron una losa encima de su recuerdo.

No lo consiguieron. Sigue vivo entre nosotros y su memoria continúa transmitiéndose de boca en boca y encandilando a muchos que dedican sus vidas a la empresa creada por él, empeñados en seguir sus mismos extraños métodos de gestión.
Con todos ellos esperamos en silencio el bonus que concede el Padre a los resultados de su Hijo y que inundará de luz la noche del Primer Día de la semana
Feliz Pascua a todos y enhorabuena: es tiempo de reparto de dividendos. 


Dolores Aleixandre
ALANDAR Abril 2011

martes, 12 de abril de 2011

Buscadores de felicidad

Emma Martínez Ocaña me envía la presentación de su tercer libro, publicado en editorial Narcea, con el título 'Buscadores de felicidad'. La breve reseña del libro reza así: "La autora, partiendo del convencimiento de que todas las personas somos buscadoras de felicidad, propone unos senderos modestos pero fiables, psicológicamente sanos, capaces de ser comprendidos y transitados por creyentes y no creyentes y llenos de sabiduría espiritual, para ir en su búsqueda. Estas páginas quieren ser una pedagogía de la felicidad en diálogo con nuestra cultura y atentos a lo que hoy puede enseñarnos el hombre feliz que fue Jesús de Nazaret. Es un libro que brota de la experiencia y quiere conducir a ella; por ello además de una reflexión teórica propone una serie de ejercicios para ampliar la consciencia sobre los propios caminos de felicidad."
Se trata, seguramente, de un libro sugerente y, sobre todo, práctico, que ayudará a transitar caminos de felicidad desde una sana psicología y desde una espiritualidad profunda.
Junto a esto, Emma me ha hecho llegar información sobre los talleres previstos para los meses de mayo y junio y sobre los cursos de ejercicios espirituales del verano.


Los talleres (dos) tienen como lema PRACTICAR LA SABIDURÍA DEL CUERPO Y DE LAS EMOCIONES:
1. Entrañas fecundas, 20-22 de mayo.
2. El gozo, 3-5 de junio.

Ambos son en «Santa María de los Negrales». C/ San Pedro Poveda 2, Negrales, Madrid.

En cuanto a los cursos de ejercicios espirituales, ésta es la presentación que Emma hace de ellos:
Querid@s amig@s: un verano más  ofrezco la posibilidad de vivir una experiencia de  unos días de silencio, meditación, contemplación. Un tiempo para regalarnos lucidez, paz, silencio, encuentro profundo con el misterio de nuestra persona y con el Misterio que Jesús de Nazaret nombró como ABBA.
Son unos días abiertos a todas las personas (religiosas y laicas) que buscan unos días intensivos de profundidad, silencio, contemplación, experiencia espiritual.
En ellos cada año, además de practicar algunas técnicas de silencio y contemplación, centramos nuestra mirada orante en un tema de fondo que abordo siempre de un modo integrado psicología-espiritualidad. Una espiritualidad evangélica donde la persona de Jesús de Nazaret se convierte en el foco de atención contemplativa.

Los temas de la experiencia, las fechas y lugares de este años 2011 son:

1. PRACTICAR LA SABIDURÍA DEL CUIDADO
La sabiduría de saber practicar unificadamente el cuidado de un@ mism@, de l@s otr@s, y del cosmos.  Contemplar a Jesús un sabio cuidador.
Julio del  9 de Julio ( a las 20 horas) al 17 (después de comer). Lugar: Casa de Espiritualidad Santa Maria. Galapagar ( Sierra de Madrid);

2. LAS MANOS UN LUGAR PARA COLABORAR CON LA VIDA.
Las manos símbolo de nuestro hacer, de nuestra manera de relacionarnos. Las manos nos ensañan el difícil arte de saber pedir, acoger, ofrecer, servir, elegir.
Jesús: manos que pasan por la vida “haciendo el bien”, construyendo el Reino.
Fechas: Julio del 30 (a las 8 de la noche) al 7 de agosto después del desayuno.
Lugar: Casa de Espiritualidad Santa Maria en Los Negrales   (Sierra de Madrid).
Para más información: 
Emma Martinez Ocaña, emmamartinezo@telefonica.net


Si tienes ocasión, regálate una experiencia larga de contemplación y silencio en los días de tus vacaciones. Puede ser la oportunidad de dotar a tu vida de una nueva visión y dimensión. 

jueves, 7 de abril de 2011

Las siete copas

Lectio divina de Apocalipsis 16,1-21

1 Oí una voz que salía del templo y decía a los siete ángeles: «Id y verted sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios».
2 El primero fue y vertió su copa sobre la tierra, y una úlcera cruel y maligna sobrevino a los hombres que tenían la marca de la bestia y adoraban su estatua.
3 El segundo vertió su copa sobre el mar, que hizo como sangre de un muerto, y perecieron todos los seres vivientes del mar.
4 El tercero vertió su copa sobre los ríos y sobre las fuentes de las aguas, que se hicieron sangre. 5Y oí al ángel de las aguas que decía:
Tú eres justo;
tú, el que es, el que era;
tú el santo,
al haber castigado así.
6 Ellos han derramado la sangre
de los santos y de los profetas,
y tú les has dado a beber sangre:
se lo merecía.
7 Y oí al altar que decía: Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus sentencias son objetivas y justas.
8 El cuarto vertió su copa sobre el sol al que le dieron poder para quemar a los hombres con el fuego. 9 Los hombres fueron quemados con terrible quemaduras, y blasfemaron contra el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, en vez de arrepentirse para darle gloria.
10 El quinto vertió su copa sobre el trono de la bestia; su reino quedó sumergido en las tinieblas; las gentes se mordían la lengua de dolor, y 11blasfemaban contra el Dios del cielo por los dolores de sus úlceras en vez de arrepentirse de sus obras.
12 El sexto vertió su copa sobre el río grande, el Eufrates, y sus aguas se secaron, dejando paso libre a los reyes del oriente. 13 Después vi salir de la boca del dragón, de la bestia y de la del falso profeta tres espíritus inmundos, como ranas: 14 los espíritus de demonios que hacen prodigios y van ha reunir a los reyes de toda la tierra para la guerra del gran día del Dios todopoderoso. 15 «Mirad, vengo como un ladrón. ¡Dichoso el que está dispuesto y con la ropa puesta, para no tener que andar desnudo y dejar ver sus vergüenzas!» 16 Y los reunieron en el lugar llamado en hebreo: «Harmagedón».
17 El último vertió su copa en el aire, y salió del templo una voz potente que venía del trono: «Está hecho». 18 Y hubo relámpagos, voces y truenos, con un gran terremoto, como no lo hubo nunca de violento desde que el hombre está sobre la tierra. 19 La gran ciudad se despedazó en tres partes, y las ciudades de las naciones se hundieron. Y Dios se acordó de Babilonia la grande, para darle el cáliz del vino de su ardiente ira. 20 Huyeron todas las islas, y desaparecieron las montañas. 21 Granizos enormes -como adoquines- cayeron sobre los hombres, que blasfemaron contra Dios por la plaga de granizo, porque esta plaga era muy grande.

CUANDO LEAS

Todos los acontecimientos que ahora se avecinan ya estaban anunciados en 15,1. Ahora se van a cumplir. Conviene que los analicemos detenidamente.
Las plagas. Están dirigidas a los adoradores de la bestia (ver. 2). Las cuatro primeras plagas (16,2-9). En ellas se repite el mismo esquema que en las cuatro primeras trompetas (8,6-13). Afectan a la tierra, al mar, a los ríos y fuentes, y por fin al sol. Toda la tierra se ve afectada por la plaga, al contrario del caso de las trompetas. Además siguen el mismo esquema que las plagas de Egipto al oponerse a la voluntad de Dios. De ellas, las tres primeras son castigos por acciones blasfemas, por oponerse a los que confiesan a Dios, y además derraman la sangre de los santos y los profetas. Es signo de la justicia de Dios a favor del oprimido. Sus malas acciones no pueden permanecer sin consecuencias, sino que repercuten duramente sobre ellos. La cuarta y quinta plaga son otras manifestaciones del poder de Dios (16,8-11). Ellas les deberían conducir al arrepentimiento y a la conversión. Sin embargo, no se convierten. Son obstinados. La repuesta a estas plagas sigue siendo la blasfemia (16,11). Y ante la sexta plaga, ocurre lo mismo, los hombres siguen blasfemando contra Dios. Después de ésta, el Éufrates aparece seco. Las milicias se reúnen en Harmagedón, palabra hebrea que significa monte de Maguedón, haciendo referencia a la ciudad de Meguidó, la cual en la época veterotestamentaria, se llevaron a cabo algunas batallas. Al derramarse la séptima copa, con la correspondiente plaga, son destruidas la ciudad de Babilonia y las ciudades paganas.

El significado de estas siete plagas no es otro que mostrar como los que blasfeman contra Dios y persiguen a los creyentes comenzarán a sentir el poder de Dios. Dios puede crear siempre un espacio para su pueblo, haciendo que los perseguidores tengan que experimentar sensiblemente sus propios límites, aunque sean solo los límites de la enfermedad, del dolor y de la muerte. Ante ellos, los perseguidores deberían verse impulsados a convertirse, a reconocer a Dios y dejar de perseguir a los creyentes. Sin embargo, esto no ocurre. También cuando experimentan su propia debilidad blasfeman contra Dios. Mientras tienen poder y capacidad para hacerlo sentir sobre los creyentes, se mofan de Dios que no interviene. Y ahora que les sobreviene el sufrimiento, se lamentan de Dios, el cual según ellos se habría equivocado en su creación.

A pesar de todo, en medio de esta situación tan desesperada, se oye un mensaje de esperanza: «¡Dichoso el que está dispuesto y con la ropa puesta, para no tener que andar desnudo y dejar ver sus vergüenzas!» Se está refiriendo a todos aquellos que se mantienen en vigilancia a la espera de la próxima venida de Jesús.

CUANDO MEDITES

- Piensa en las plagas de nuestro tiempo. Ponles nombre.
- Ante estas plagas, ¿cuál es tu actitud? ¿la de los adoradores de la bestia o la de discípulo de Jesús?
- ¿Qué sientes que te dicen para tu vida estas palabras: «Mirad, vengo como un ladrón. ¡Dichoso el que está dispuesto y con la ropa puesta, para no tener que andar desnudo y dejar ver sus vergüenzas!»?
- «El mal nunca podrá prevalecer sobre el bien».

CUANDO ORES

- Oración por los cristianos perseguidos, tomada del Misal Romano.
«Dios nuestro,

que en tu misteriosa Providencia
has querido asociar tu Iglesia
a los sufrimientos de tu Hijo,
concede a los fieles
que sufren persecución
a causa de tu Nombre,

el don de la paciencia y de la caridad,
para que puedan dar testimonio fiel
y creíble de tus promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén»

(José Ignacio Pedregosa, ssp, Equipo de Lectio Divina de la U.P.Comillas)

lunes, 4 de abril de 2011

Cántico de Moisés y del Cordero, y las siete plagas

Lectio divina de Apocalipsis 15, 1-8


15,1: Vi otra señal en el cielo, grande y admirable: siete ángeles que llevan las siete últimas plagas, en las que se agota la ira de Dios. 15,2: Vi una especie de mar transparente veteado de fuego. Los que habían vencido a la fiera, a su imagen y al número de su nombre estaban junto al mar transparente con las cítaras de Dios. 15,3: Cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero:
Grandes y admirables son tus obras,
Señor Dios Todopoderoso;
justos y acertados tus caminos,
Rey de las naciones.
15,4: ¿Quién no te respetará, Señor,
quién no dará gloria a tu nombre?
Tú sólo eres santo,
y todas las naciones vendrán
a adorarte en tu presencia,
porque se han revelado
tus decisiones.

15,5: Después vi cómo se abría el templo, la tienda del testimonio en el cielo. 15,6: Del templo salieron los siete ángeles de las siete plagas, vestidos de lino puro resplandeciente, ceñida la cintura con cinturones de oro. 15,7: Uno de los cuatro vivientes entregó a los siete ángeles siete copas de oro llenas de la ira de Dios que vive por los siglos de los siglos. 15,8: El templo se llenó de humo por la gloria y el poder de Dios, y nadie podía entrar en el templo hasta que se completaron las siete plagas de los siete ángeles.

CUANDO LEAS…

Los inicios del juicio. Todo el capítulo anterior nos está anunciando un juicio; un juicio que es consuelo para los perseguidos. Pero éste no sigue de inmediato, sino que primero tiene lugar la visión de las siete últimas plagas, en estrecha conexión con las siete copas que, llenas de la ira de Dios, son derramadas. De este modo, en 15, 1-8, Juan ve la preparación de este acontecimiento en el cielo. Se trata así, de toda una liturgia celeste donde tiene lugar el canto de los vencedores.
Lectura por partes. El texto se puede dividir en tres partes: dos visiones, una al principio y otra al final, y, en el medio, el cántico de Moisés y del cordero:

1) 15,1. Se anuncian los ángeles con las plagas. Juan ve un nuevo signo: los ángeles con las plagas. Ya habían aparecido dos: la mujer vestida de sol (12,1) y el gran dragón de color rojo como el fuego (12,3). Éste es el tercero: siete ángeles de la ira de Dios, realizadores finales de su juicio. La mujer es símbolo de la comunidad de aquellos que Dios ha tomado bajo su protección y que tienen fe en el Cordero. El dragón combate contra ellos con toda su fuerza, intentando separarlos de Dios. Aquí, la aparición de los siete ángeles revela el modo en que Dios interviene en esta lucha y la conclusión a la que se llega. Ellos son el gran signo, ya que su acción permite comprender que las fuerzas enemigas de Dios no pueden actuar sin límites y sin castigo, es decir, el poder de Dios no permanece oculto para siempre; alcanza a los que están contra Él.

2) 15,2-4. Se intercala una liturgia celeste de alabanza. Pero antes de que los ángeles cumplan su encargo, las obras de Dios son cantadas en el cántico que entonan los vencedores de la bestia. Es la tercera vez que se canta a lo largo del Apocalipsis, siempre al son de las cítaras. Se trata del cántico nuevo. Si la primera vez éste fue cantado por los 24 ancianos ante el trono de Dios (5,8-11) y la segunda vez por aquellos que habían sido rescatados por el Cordero (14,3), ahora los cantores son los vencedores de la bestia, de la estatua y del nombre de la bestia. Es decir, los que no se han dejado arrastrar a la adoración de la bestia o de su estatua, o a llevar sobre la mano derecha o la frente el nombre o número de la bestia (13, 12-17).

- Mar transparente. Simboliza el trono de Dios. Para llegar hasta allí han tenido que afrontar grandes penalidades, pero ahora ya se encuentran allí, donde había resonado también el primer canto.

- Cántico de Moisés y del cordero. Como Israel, también los vencedores de la bestia tienen tras de sí un camino lleno de peligros. Moisés entonó su cántico alabando las obras salvíficas del Señor, tras el paso del Mar Rojo. De igual modo, el cántico de los vencedores aquí es el cántico del Cordero, porque gracias al Cordero y a su sangre derramada ellos han sido rescatados y salvados.

3) 15,5-8. Aparecen de nuevo los ángeles que reciben las copas de las plagas de Dios. Aparecen con mayor solemnidad que a la hora de abrir los siete sellos (6, 1-17) o hacer sonar las siete trompetas (8, 1-9; 11, 15-19), con signos de mayor dignidad:
- descienden de la tienda celeste del testimonio: simboliza la presencia de Dios. Recordamos que durante la travesía del desierto, la tienda del testimonio era el lugar donde reposaba la gloria de Dios.
- su vestido es de lino puro, como el de los sacerdotes, y van ceñidos de un cinturón de oro, como reyes.
- no avanzan como guerreros, sino como ejecutores soberanos de la voluntad de Dios.
- reciben las copas de oro de parte de uno de los cuatro Seres vivientes, es decir, de la directa proximidad de Dios.

Se pone así de manifiesto que la voluntad de Dios se cumple. Él es el Dios viviente, el de la vida infinita, el que no permitirá por siempre que se le insulte sin fin.

CUANDO MEDITES…

- Toma conciencia de la escena que está ante tus ojos. Métete en ella. Recuerda que estás a la puerta de un juicio, que algo grande se está preparando. Alégrate con el mensaje de esperanza que impregna toda la visión. ¿Quiénes constituyen hoy el coro de vencedores del mal, que con sus vidas reconocen y alaban a este Dios grande, Señor de toda la existencia?

- Contempla a los siete ángeles de las siete plagas. Se presentan en la escena con toda su dignidad y firmeza, sólo y únicamente porque cumplen con la voluntad de Dios. Es decir, están de su parte. ¿Qué copas de la ira hoy serían necesarias para borrar las situaciones de muerte y destrucción en nuestro mundo? Hoy, ¿qué es lo que Dios no puede seguir permitiendo?

CUANDO ORES…

- Únete al coro de vencedores y deja que resuene en tu interior el cántico nuevo. Repite: “Tú sólo eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte en tu presencia, porque se han revelado tus decisiones”.
- Exprésale al Señor tu decisión de serle fiel. Confirma hoy mismo tu voluntad de seguir siendo vencedor y de luchar contra todo aquello que se oponga a Su voluntad. Amén.

(Gemma Villaluenga, pddm, Equipo de Lectio Divina de la U.P.Comillas)