miércoles, 27 de febrero de 2008

"Saber perdonarse y perdonar"

Me pregunta una amiga por los post de estos días:
- ¿Es que te ha absorvido el triángulo de las Bermudas, o qué? ¿Dónde te metes? ¡Ya decía yo que era demasiado escribir un post cuaresmal todos los días!

Pues sí, realmente lleva su tiempo meditar y orar por escrito. Pero lo que estos días nos ha apartado del blog a mi compañera orante y a mí ha sido la participación en un taller de oración el fin de semana pasado.

El taller estuvo animado por Emma Martínez Ocaña y llevaba por título "Saber perdonarse y perdonar".
Y aprovechando la ocasión, voy a hablaros de Emma.
Emma es una de las mujeres más importantes de mi vida. Me explico: en el año 1999 (ha llovido desde entonces...), andaba yo cansada de hombres, de hacer retiros, cursos y ejercicios siempre con hombres... Así es que me puse a buscar una animadora de ejercicios. Me hablaron de Emma. Ella era entonces profesora en Comillas. Sus asignaturas eran más que sugerentes (Espiritualidad ecofeminista y Espiritualidad de la vida en el mundo). Y me decidí a hacer los ejercicios espirituales con ella. El curso bien podría haberse titulado: "El seguimiento de Jesús en el cuerpo". Fue esa integración de la corporalidad en la espiritualidad lo que me encantó del método de Emma.
A partir de entonces, comencé un proceso de integración espiritual y de crecimiento personal que dura hasta hoy, más o menos "a zaga de su huella"... Anualmente participaba en dos o tres cursos a los que ella llama "Encuentros de integración" y, en el verano, buscaba sus ejercicios espirituales.
Hace cuatro años que no los hago con ella, pero ya estoy apuntada para su curso de julio, en Galapagar, en la casa de Espiritualidad "Santa María", de la institución javeriana. Según nos ha dicho, si tiene tiempo, preparará los ejercicios teniendo a María, discípula, como icono de seguimiento de Jesús. ¡Ojalá! Todas la alentamos a hacerlo así.

De Emma quiero recomendar una publicación reciente, en ed. Narcea: Cuando la Palabra se hace cuerpo... en cuerpo de mujer", libro en el que propone unos iconos bíblicos que han encarnado la Palabra en el corazón, los ojos, la boca, el oído, las manos y los pies.
Otro libro muy recomendable, de la colección Aletheia de Verbo Divino, es He visto al que me ve. Se trata de una obra escrita por varias mujeres, miembros todas ellas de la ATE, en el que Emma tiene un capítulo: El cuerpo y el encuentro con Dios.

Como vemos, su línea es siempre la de la "encarnación" de la Palabra en la corporalidad, "una espiritualidad unificada en torno al cuerpo que somos, alejándonos de los dualismos milenarios que han configurado gran parte de la espiritualidad cristiana".

- Muy interesante... Me haré con esos libros. Pero, y el curso del fin de semana, ¿de qué ha ido?

Pues el curso del fin de semana ha sido muy "cuaresmal": "Saber perdonarse y perdonar".
La primera parte de los encuentros de Emma siempre tienen un carácter más antropológico y psicológico. En este caso, nos habló de la importancia del perdón en nuestras vidas, de lo que es y lo que no es perdonar y del proceso largo y no fácil del perdón. La charla que orienta el día es seguida por diversos momentos de oración guiada.
El segundo día, la charla orientadora es más teológica. En esta ocasión, contemplamos la experiencia del perdón incondicional de Dios a partir del texto de Lucas 7,36-50, la mujer pecadora que ungió los pies a Jesús en casa de Simón el fariseo. Emma la llama "la mujer que amó mucho" porque ese fue el nombre que le puso el mismo Jesús.

El fin de semana ha sido encantador. No sólo por Emma, sino por el ambiente sumamente acogedor de la casa, la solicitud tan amable de las hermanas javerianas, y el grupo de participantes en el que siempre se encuentran buenas compañeras de camino.
En la casa de Navalonguilla, cada rincón invita a la interioridad.


Os dejamos con imágenes del encuentro y con una oración de mi compañera orante, fruto de uno de esos momentos de interioridad en los que hemos gustado la "sabiduría de saberse perdonado y de perdonar".
Momentos en el comedor

Momentos de oración


Y Barro y aliento divino...

Barro y aliento divino,
hija amada e hija pródiga,
riqueza y pobreza,
objeto de tu misericordia, mi Señor,
y de la de los otros.
Eso es lo que soy,
sólo eso, no soy más.

No puedo dar lo que no tengo...
Hoy me perdonas: “Tus pecados están perdonados”,
me siento perdonada, digna de tu perdón
e hija de tu amor incondicional:“Tu fe te ha salvado; vete en paz”...Me abandono a tu abrazo de misericordia.
Sé que no me salvan mis méritos sino tu misericordia entrañable,
porque no soy fruto del azar sino de tu amor.

“Ve y haz tú lo mismo”, me interpelas.
Sólo experimentado el perdón se puede perdonar.
Haz que haga con los otros lo que tu haces conmigo.
Reconozco mis heridas y mi deseo de disfrutar
de lo que me es regalado.
Concédeme la gracia del perdón y del abrazo vivificador.
Otórgame el don liberador del perdón.
Hagamos fiesta, mi Señor, celebrando tu misericordia.

2 comentarios:

M Luisa dijo...

Gracias por compartir tu/vuestra experiencia. Es alentadora e invitadora; llama a participar en los encuentros. Es lo mismo que Emma cuando comparte a Dios con nosotr@s, ese Dios Madre y Padre que se hace cuerpo en nuestro cuerpo y vida en nuestra vida.
Gracias de nuevo y hasta pronto

Quique Fernández dijo...

Estos días canturreo una canción en catalán muy fácil de entender:

I si vivim per a Ell vivim
i si morim per a Ell morim
tant si vivm com si morim
som del Senyor, som del Senyor.

Que en estos días que vienen si "morimos" con el Señor, resucitemos con Él.
Feliz Pascua a Conchi y a todos los que escribis y leeis este blog.

Quique (Barcelona)